El bruxismo es rechinar o apretar crónica e involuntariamente los dientes. Usualmente ocurre durante el sueño, pero también puede ocurrir cuando está despierto. Las causas más frecuentes de esta patología son:
- Estrés.
- Nerviosismo.
- Piezas dentales dañadas o en mala posición.
- Interferencias dentales.
Cuando se vuelve constante origina una serie de consecuencias en la cavidad oral que tenemos que corregir. Estas consecuencias son:
- Desgastes dentales.
- Debilitamiento de las encías.
- Movilidad dentaria.
- Fracturas de dientes.
- Hipersensibilidad a los alimentos fríos y calientes.
- Chasquidos en la articulación de la mandíbula.
- Dolor de cabeza.
- Dificultad para masticar y, en los casos más graves, incluso para hablar.
Para prevenir sus efectos nocivos sobre los dientes, musculatura y articulación, se utilizan férulas. Son dispositivos fabricados a medida de cada paciente y diseñados por el odontólogo para minimizar estos daños pero, además debemos intentar corregir la causa o causas que originan el bruxismo, bien con tratamiento ortodóntico para estabilizar la posición de los dientes, con tratamientos restauradores que rehabiliten la ausencia o desgastes de piezas dentales que dificultan la masticación, o bien con terapias psicológicas que disminuyan el nivel de estrés y ansiedad.
Nuestro principal consejo ante cualquiera de los síntomas y signos antes descritos es que acuda al dentista para su correcto diagnóstico y tratamiento.