Este genio visionario cuya curiosidad es igualable a su capacidad inventiva, nació en Vinci en 1452 y murió en Amboise en 1519. Fue pintor, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, filósofo, escultor, ingeniero, inventor, músico, urbanista y anatomista.
Empezó a fijarse y estudiar la boca y los dientes, ya que estos le servían para dar carácter a sus personajes tallados en mármol o pintados en lienzos y murales. Se adoctrinó en la composición del cuerpo humano, los músculos, huesos, nervios y vasos sanguíneos de la cara; además contabilizó el número de dientes y su disposición, con esto conoció las consecuencias fisionómicas de la desdentación, las arrugas, rictus y vacíos.
Estudió el cráneo con gran detalle, llegando incluso a describir el seno maxilar. Describió con pormenores los dientes y, por primera vez, estableció distinción entre molares y premolares. Interesantes son sus cortes transversal y sagital del cráneo. En el primero (mezcla de uno y de otro) puede verse el interior de la cavidad craneal, el cigoma y los maxilares parcialmente desdentados. En el sagital se observan el seno frontal y el seno maxilar.
En sus ilustraciones muestra como abrir una ventana para observar el seno maxilar y la cavidad del ojo. Gracias a los avances en el estudio de la anatomía , la cirugía tomó una nueva dimensión.
Diseñó un inteligente soporte para la barbilla en los casos de fractura de maxilares, que consistía en una copa de cuero sujeta con cintas a la parte alta de la cabeza; se observó que cuando los maxilares sufren una fragmentación se deben colocar de nuevo los dientes del paciente en su posición original y unirlos con alambre.
Un gran genio al que debemos muchos de los conocimientos de anatomía y cirugía que disfrutamos actualmente y al que homenajeamos humildemente desde Tecnología y Salud Dental.